El efecto de usar una lengua extranjera sobre las decisiones morales

Joanna D. Corey y Albert Costa
Center for Brain and Cognition, Universitat Pompeu Fabra, España

(cc) Gareth.

(cc) Gareth.

Puede parecer razonable pensar que nuestras decisiones morales (y naturalezas morales) no dependen de la lengua que usemos (nativa o extranjera). Sin embargo, estudios recientes sugieren que la lengua en la que se presenta la información relevante afecta las decisiones subsecuentes. El uso de una lengua extranjera, comparado con el de una nativa, lleva a un incremento de elecciones utilitaristas en decisiones que son particularmente difíciles o emocionales. Terminamos con una discusión de posibles mecanismos.

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¿Sacrificarías la vida de una persona para salvar a cinco? Nos gustaría pensar que nuestra respuesta, y nuestras elecciones más importantes en general, no deberían verse afectadas por la lengua que usemos (nativa o extranjera). Con tal de que uno entienda el contenido de la decisión, la lengua no debería afectarnos, dado que suponemos que la moralidad ocurre a un nivel conceptual más profundo. Sin embargo, parece que la lengua que usamos sí que influye en nuestras decisiones morales (Costa y col., 2014; Cipolletti, McFarlane y Weissglass, 2015; Geipel, Hadjichristidis y Surian, 2015).

El que las personas tomen una decisión utilitarista (preferiendo maximizar el bienestar del mayor número de personas) o deontológica (adhiriéndose a normas morales como “no matar”) depende en gran parte de los detalles del contexto. Un gran cuerpo de investigación sobre la toma de decisiones morales ha utilizado la presentación de dos versiones de un mismo dilema a los participantes. En este dilema hay un tren desenfrenado que matará a cinco personas a no ser que se sacrifique a otra persona (véanse las Figuras 1 y 2). En la versión Cambio de Vías (Foot, 1978) esto se puede conseguir usando una palanca para cambiar la vía del tren, de manera que este sólo mate a una persona. Así, la decisión utilitarista requiere una acción ostensiblemente inofensiva, y la muerte de una persona es un daño colateral.

Figura 1

Figura 1.- Dilema Cambio de Vía. (cc) David Navarrot.

Por otro lado, en la versión Puente (Thomson, 1985) las cinco personas se pueden salvar si se empuja a un hombre muy gordo desde un puente de forma que caiga a la vía, usando su cuerpo para parar el tren. Aquí la opción utilitarista requiere una acción típicamente dañina que implica contacto físico personal, y esta muerte es fundamental para la salvación de las otras cinco personas. Estudios previos han demostrado que, en respuesta al problema Cambio de Vías, las personas mayoritariamente toman decisiones utilitaristas. No obstante, ante la versión Puente, la mayor parte de las personas prefiere la elección deontológica, a pesar de que las consecuencias sean iguales.

Figura 2

Figura 2.- Dilema Puente. (cc) David Navarrot.

Costa y cols. (2014, Experimento 1) presentaron el problema Puente a participantes de cuatro países distintos, y en varias lenguas nativas y extranjeras. Encontraron que los que usaron una lengua extranjera dieron significativamente más respuestas utilitaristas que los que usaron su lengua nativa (con la única excepción de los asiáticos del Este, lo cual es consistente con ciertos resultados anteriores; Gold, Colman y Pulford, 2014). En el Experimento 2 se administraron a los participantes ambos dilemas, Cambio de Vías y Puente, en una lengua nativa o extranjera. Crucialmente, hubo dos muestras: una tenía inglés como lengua nativa y castellano como lengua extranjera, y la otra tenía el patrón inverso de lenguas. Los resultados repitieron el efecto de la lengua en las decisiones ante el dilema Puente, pero no hubo efecto de lengua ante Cambio de Vías (Figura 3).

Figura 3

Figura 3.- Porcentajes de decisiones utilitaristas ante Cambio de Vía y Puente tomadas por cada uno de los cuatro grupos de lengua (Experimento 2 de Costa y col., 2014): hablantes nativos de castellano usando castellano (N = 200) e inglés (N = 197); y hablantes nativos de inglés usando inglés (N = 160) y castellano (N = 168).

Cipolletti y cols. (2015) y Geipel y cols. (2015) repitieron estos resultados. Esto revela que el uso de una lengua extranjera lleva a un incremento del utilitarismo en decisiones que son particularmente contradictorias o emocionales. La falta de un efecto de lengua en las respuestas al problema Cambio de Vía también indica que el efecto en Puente no se debe a respuestas aleatorias de los que usaron la lengua extranjera. Además, estos resultados de poblaciones diversas y complementarias nos permiten excluir la posibilidad de que el efecto se limite a personas de ciertas culturas o con ciertas lenguas nativas. Sin embargo, el efecto de lengua parece ser moderado por la competencia en la lengua extranjera (Figura 4).

Figura 4

Figura 4.- Porcentajes de decisiones utilitaristas ante Cambio de Vía y Puente, con el grupo de lengua extranjera dividido por competencia (Experimento 2 de Costa y col., 2014).

Hay varias explicaciones de por qué el uso de una lengua extranjera aumenta las decisiones utilitaristas. Cuando se usa una lengua extranjera, el procesamiento es más controlado, deliberado y requiere más tiempo. También, los procesos automáticos, como las reacciones emotivas, parecen ser menos activos en este contexto. De la misma manera, hay apoyo para la idea de que el contenido en una lengua extranjera se experimenta como más distante psicológicamente.

Según los modelos duales de cognición (p.ej., Kahneman, 2011), los procesos del Sistema 1 son automáticos, intuitivos y afectivos, y los procesos del Sistema 2 son controlados, analíticos, racionales y requieren más tiempo. Cuando se usa una lengua extranjera, parece que el Sistema 1 está disminuido y el Sistema 2 está más involucrado, lo cual aumentaría la influencia del segundo en las decisiones. Según un modelo dual de la toma de decisiones morales (véase Greene, Nystrom, Engell, Darley, y Cohen, 2004), los procesos del Sistema 1 apoyan decisiones deontológicas, mientras que los del Sistema 2 conducen a decisiones utilitaristas. La empatía y la aversión al daño (procesos automáticos, emotivos) probablemente son lo que lleva a tendencias deontológicas, mientras que los análisis de costo-beneficio conducen a tendencias utilitaristas. Por ejemplo, la embriaguez disminuye los procesos del Sistema 1 y lleva a un incremento en decisiones utilitaristas ante el problema Puente (Duke y Bègue, 2015). Además, estudios con resonancia magnética funcional muestran que hay más activación en zonas cerebrales que sustentan el razonamiento abstracto y el control cognitivo cuando una persona produce un juicio utilitarista comparado con uno deontológico (véase Greene y cols., 2004). Así, la ponderación distinta de las influencias de estos dos sistemas en una lengua extranjera podría conducir a un incremento en tendencias utilitaristas. De la misma manera, la distancia psicológica promovería el mismo efecto, al acentuar procesos como focalizarse en el fin y no en los medios. Se ha demostrado que la inducción de una mayor distancia psicológica o una mentalidad más abstracta lleva a un incremento en respuestas utilitaristas en dilemas morales (Aguilar, Brussino y Fernández-Dols, 2013).

Mientras que aún no se ha determinado definitivamente el mecanismo que constituye la fuerza impulsora detrás del efecto de la lengua extranjera, la dirección de su influencia está clara. Cuando se procesa información en una lengua extranjera, las decisiones morales parecen basarse más en las consecuencias que en los detalles de la acción o el contexto.

Referencias

Aguilar, P., Brussino, S., y Fernández-Dols, J. M. (2013). Psychological distance increases uncompromising consequentialism. Journal of Experimental Social Psychology, 49, 449-452.

Cipolletti, H., McFarlane, S., y Weissglass, C. (en prensa, 2015). The Moral Foreign-Language Effect. Philosophical Psychology.

Costa, A., Foucart, A., Hayakawa, S., Aparici, M., Apesteguia, J., Heafner, J., y Keysar, B. (2014). Your morals depend on language. PLoS ONE, 9(4), e94842.

Duke, A. A., y Bègue, L. (2015). The drunk utilitarian: Blood alcohol concentration predicts utilitarian responses in moral dilemmas. Cognition, 134, 121-127.

Foot, P. (1978). The problem of abortion and the doctrine of the double effect. En: Foot, P. Virtues and Vices and Other Essays in Moral Philosophy (pp. 19-32). Oxford: Blackwell.

Geipel, J., Hadjichristidis, C., y Surian, L. (2015). The foreign language effect on moral judgment: The role of emotions and norms. PloS ONE, 10(7), e0131529.

Gold, N., Colman, A. M., y Pulford, B. D. (2014). Cultural differences in responses to real-life and hypothetical trolley problems. Judgment and Decision Making, 9, 65-76.

Greene, J. D., Nystrom, L. E., Engell, A. D., Darley, J. M., y Cohen, J. D. (2004). The neural bases of cognitive conflict and control in moral judgment. Neuron, 44, 389-400.

Kahneman, D. (2011). Thinking, Fast and Slow. New York, NY: Macmillan.

Thomson, J. J. (1985). Double effect, triple effect and the trolley problem: Squaring the circle in looping cases. Yale Law Journal, 94, 1395-1415.

Manuscrito recibido el 15 de junio de 2015.
Aceptado el 31 de agosto de 2015.

 Esta es la versión en castellano de
Corey, J. D., & Costa, A. (2015). The foreign language effect on moral decisions. Ciencia Cognitiva, 9:3, 57-60.

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