¿Podemos agilizar la lectura en aprendices de chino?

Ana Marcet, Manuel Perea y María Fernández-López
ERI-Lectura, Universitat de València, Valencia, España

(cc) John Pasden.

(cc) John Pasden.

Una de las dificultades que conlleva el aprendizaje del chino es que las palabras escritas no están delimitadas. Una estrategia para minimizar dicha dificultad es añadir espacios entre palabras, pero ello genera un patrón alterado de los movimientos oculares que reduce la eficiencia del procesamiento visual. Una mejor opción es colorear alternadamente las palabras de un texto. Esta manipulación produce tiempos de lectura más rápidos en lectores principiantes de chino y ayuda en textos con palabras poco familiares en lectores adultos. Por tanto, la coloración alternada es una buena opción para agilizar el aprendizaje lector en chino.

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Si bien la psicología cognitiva es una disciplina de carácter básico, no hay que olvidar que muchos de los fenómenos bajo su lupa tienen un importante trasfondo aplicado. En este trabajo nos centramos en cómo una clave perceptiva, el color, puede emplearse para agilizar el aprendizaje lector en idiomas cuyas palabras no vengan separadas por espacios, como el chino. Es importante recordar que el chino, el idioma más hablado del mundo, cuenta con un número cada vez mayor de personas que lo estudian en países occidentales.

Figura 1.- Ejemplo de frase en chino, con su correspondiente traducción y segmentación.

Figura 1.- Ejemplo de frase en chino, con su correspondiente traducción y segmentación.

Un obstáculo al que se enfrenta cualquier persona que esté aprendiendo chino es que, junto a la dificultad que entraña aprender su complicada grafía, no dispone de claves que permitan segmentar las palabras que conforman las frases (Figura 1). Las palabras en chino suelen estar compuestas por dos caracteres (72%), pero también son habituales las palabras compuestas por un solo carácter (6%), tres caracteres (12%) o cuatro caracteres (10%). Una estrategia para agilizar la lectura en aprendices de chino ha sido añadir espacios entre las palabras, a semejanza de las lenguas occidentales. Shen et al. (2012) mostraron que aprendices adultos de chino leen un texto más rápidamente cuando se añaden espacios entre palabras que en el formato tradicional. Sin embargo, la inserción de espacios entre palabras altera la disposición natural de éstas en la frase. La lectura implica la coordinación de una serie de procesos acerca de dónde dirigir los ojos que es muy diferente en sistemas ortográficos con espacios y sin espacios entre palabras (Rayner, Pollatsek, Ashby y Clifton, 2012). Por tanto, aprender chino con espacios insertados entre palabras puede generar un hábito de movimientos oculares que será contraproducente cuando posteriormente se lea en el formato tradicional (Zhou et al., 2018). Además, con la inserción de espacios, el carácter donde recaiga la fijación estará más lejos de las palabras adyacentes, reduciendo así la eficiencia del procesamiento visual (Perea y Wang, 2017).

Figura 2.- Ejemplo de frase con formato de colores alternados entre palabras y con formato estándar monocolor empleadas por Perea y Wang (2017).

Figura 2.- Ejemplo de frase con formato de colores alternados entre palabras y con formato estándar monocolor empleadas por Perea y Wang (2017).

Para evitar estas limitaciones, Perea y Wang (2017) plantearon una estrategia alternativa que consistía en colorear de manera alternada las palabras de un texto (véase la Figura 2). Ello permite que los lectores puedan segmentar fácilmente las palabras manteniendo a la vez su disposición original. La idea, procedente de la psicología de la percepción (Treisman y Gelade, 1980), es que los colores representan una clave muy saliente para reconocer objetos y, por tanto, pueden facilitar la delimitación de cada palabra. Perea y Wang (2017) realizaron tres experimentos en los que los participantes, niños y adultos nativos de China, habían de leer en voz alta dos textos. En uno de los textos, todas las palabras se presentaban en el mismo color y en el otro, las palabras adyacentes tenían colores diferentes (Figura 2). El resultado clave fue que los niños de segundo de primaria leían más rápidamente los textos con colores alternados que los textos estándar monocolor (Figura 3). Por tanto, en lectores principiantes de chino, la coloración alternada de las palabras en un texto produce una lectura más ágil que el formato estándar.

Perea y Wang (2017) realizaron dos experimentos adicionales para observar si esta ventaja se mantenía con lectores expertos (estudiantes universitarios). En uno de los experimentos, los textos eran fáciles de leer, mientras que en el otro experimento se presentaban textos de carácter técnico que contenían palabras poco familiares. Cuando los textos se presentaban con colores alternados se leían más rápidamente que cuando se presentan en formato estándar monocolor, pero ello ocurría solamente cuando los textos contenían palabras poco familiares (Figura 3). Estos resultados reflejan que los lectores expertos de sistemas ortográficos como el chino han adquirido ciertas regularidades sobre el principio/fin de las palabras por lo que no necesitan claves perceptivas adicionales, pero que el color puede ayudar en aquellos textos que incluyan palabras difíciles cuya delimitación pueda ser más compleja.

Figura 3.- Número de palabras por minuto en cada una de las condiciones de los experimentos de Perea y Wang (2017).

Figura 3.- Número de palabras por minuto en cada una de las condiciones de los experimentos de Perea y Wang (2017).

Recientemente, en una muestra de universitarios chinos, Zhou, Wang, Shu, Kliegl y Yan (2018) emplearon una manipulación con colores alternados durante la lectura silenciosa de frases mientras se registraban sus movimientos oculares. Globalmente, las diferencias entre la velocidad lectora de las frases monocolor y con color alternado no llegaron a ser significativas (364 vs. 369 caracteres por minuto), replicando el experimento de Perea y Wang (2017) con textos fáciles de leer. Pero el resultado más importante fue que la localización de las fijaciones oculares estaba más cercana al centro de cada palabra (la zona óptima para extraer información visual; Rayner y col., 2012) en las frases con palabras delimitadas por colores alternados que en las monocolor. Por tanto, los lectores de chino pueden ayudarse de la delimitación visual de las palabras mediante colores para guiar más eficazmente los movimientos oculares durante la lectura.

En definitiva, una clave perceptiva como la coloración alternada de las palabras facilita la lectura en escolares cuya lengua escrita carece de espacios entre palabras (p.ej., el chino). Si bien esta ventaja se atenúa en lectores expertos, la alternación de colores sigue siendo relevante para aquellos textos que contengan palabras poco familiares, así como para guiar los movimientos oculares durante la lectura. Creemos que la coloración alternada, al facilitar la delimitación de las palabras, ayudará también a aquellas personas adultas que estén aprendiendo chino.

Referencias

Perea, M. y Wang, X. (2017). Do alternating-color words facilitate reading aloud text in Chinese? Evidence with developing and adult readers. Memory and Cognition, 45, 1160–1170.

Rayner, K., Pollatsek, A., Ashby, J. y Clifton, C.E. (2012). The Psychology of Reading. London: Psychology Press.

Treisman, A. y Gelade, G. (1980). A feature integration theory of attention. Cognitive Psychology, 12, 97–136.

Shen, D., Liversedge, S. P., Tian, J., Zang, C., Cui, L., Bai, X., … y Rayner, K. (2012). Eye movements of second language learners when reading spaced and unspaced Chinese text. Journal of Experimental Psychology: Applied, 18, 192–202.

Zhou, W., Wang, A., Shu, H., Kliegl, R. y Yan, M. (2018). Word segmentation by alternating colors facilitates eye guidance in Chinese reading. Memory & Cognition, 46, 729-740.

Manuscrito recibido el 1 de junio de 2018.
Aceptado el 11 de octubre de 2018.

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