Francisco Rocabado (a, b), Eva Rosa (b), Jose L. Tapia (b) y Manuel Perea (a,b)
(a) Centro de Ciencia Cognitiva, Universidad Nebrija, España
(b) ERI-Lectura, Universitat de València, España
Muchas de las palabras que conocemos no han sido adquiridas mediante un esfuerzo explícito, sino de manera incidental. Pero se sabe relativamente poco sobre los factores que modulan el aprendizaje implícito de vocabulario. Varios experimentos recientes han mostrado que las palabras nuevas se adquieren mejor cuando se aprenden en diferentes contextos que en un mismo contexto. Estos hallazgos apoyan la idea de organizar un currículo educativo transversal que mejore la adquisición de vocabulario tanto en la lengua materna (v.g., a través de diferentes asignaturas) como en otras lenguas.
La lectura y la escritura son herramientas fundamentales en el desarrollo cultural del ser humano. Es a través del lenguaje como conseguimos razonar sobre la realidad que nos rodea. El aprendizaje de nuevas palabras nos permitirá dar forma a dicha realidad. Una gran parte de nuestro aprendizaje de vocabulario ocurre de manera incidental como, por ejemplo, a través de la lectura de cuentos. Sin embargo, se conoce relativamente poco sobre cómo se produce la adquisición de este vocabulario y qué factores lo facilitan (Joseph y Nation, 2018). En este artículo mostraremos que un factor que ayuda a la adquisición incidental de vocabulario es que las palabras se aprendan en múltiples contextos.
En psicología cognitiva se ha asumido tradicionalmente que el elemento clave que hace más eficiente el acceso al léxico mental es la presentación frecuente de una palabra. Sin embargo, trabajos más recientes han mostrado que el factor clave no es tanto la frecuencia de una palabra, sino que la palabra aparezca en muchos contextos diferentes (véase Adelman, Brown y Quesada, 2006; Perea, Soares y Comesaña, 2013). Hablaremos de palabras de alta diversidad contextual cuando éstas ocurren en muchos contextos (v.g., una gran proporción de libros, de películas, etc.) y de palabras de baja diversidad contextual cuando éstas aparecen en pocos contextos. Si bien es cierto que las palabras con alta frecuencia de uso suelen aparecer también en muchos contextos, es posible diseñar experimentos que manipulen simultáneamente ambos factores para disociarlos.
Vergara-Martínez, Comesaña y Perea (2017) emplearon registros electrofisiológicos en una tarea de decisión léxica con palabras que variaban en frecuencia de uso y diversidad contextual, y encontraron una disociación en las ondas electrofisiológicas ligadas a ambos factores. A diferencia de la frecuencia de uso, la diversidad contextual se comportaba de manera similar a factores semánticos como la riqueza asociativa de las palabras. La explicación es que las palabras con alta diversidad contextual tienen una mayor riqueza semántica, al contener más información asociada a su significado. Siendo esto así, ¿puede la diversidad contextual mejorar la calidad del aprendizaje incidental de vocabulario a través de la lectura?
El experimento de Rosa, Tapia y Perea (2017) fue diseñado para responder a dicha pregunta. Un grupo de alumnos de tercero de primaria leyeron 18 textos durante las horas lectivas de clase (seis fábulas; seis textos sobre ciencias naturales; seis textos con ejercicios matemáticos). A lo largo de la narrativa de los textos se incluyeron 12 palabras desconocidas. Seis de ellas aparecieron en diferentes contextos (fábulas, ciencias naturales y ejercicios matemáticos; ésta era la condición de alta diversidad contextual) mientras que las otras seis siempre aparecían en el mismo contexto (el mismo tipo de texto; baja diversidad contextual). En la Figura 1 se muestran algunos fragmentos para ejemplificar cómo se insertaban las palabras en los textos.
Los niños leyeron un texto de cada tipo al día, durante tres días consecutivos, en su aula habitual. El cuarto día, los niños realizaron varias tareas de evaluación (recuerdo libre, reconocimiento, elección múltiple y asociación palabra-pictograma) en las que aparecían estas palabras desconocidas. Como se aprecia en la Figura 2, los resultados de todas las tareas mostraron una ventaja de las palabras que se habían presentado en múltiples contextos sobre las que, con la misma frecuencia de uso, se habían presentado solamente en un contexto. Es decir, la diversidad contextual facilitó el aprendizaje de las nuevas palabras más allá de la mera repetición.
Otro experimento reciente ofreció una evidencia similar, esta vez con adultos. Pagán y Nation (2019) examinaron el efecto de diversidad contextual en el aprendizaje incidental de vocabulario a través de la lectura, mientras registraban los movimientos oculares de los participantes. En su experimento, 42 palabras desconocidas fueron insertadas en cuatro oraciones diferentes cada una. Estas oraciones habían sido redactadas de manera que proporcionaran un contexto que aportara información sobre el significado de las nuevas palabras. La mitad de las nuevas palabras se presentaron en cuatro frases diferentes (alta diversidad contextual), mientras que la otra mitad se presentaron el mismo número de veces, pero siempre en la misma frase (baja diversidad contextual). Durante la fase de aprendizaje los participantes fueron expuestos en cuatro ocasiones, mediante la lectura de frases, a las nuevas palabras. En esa fase, los tiempos de lectura fueron mayores para aquellas palabras que aparecían en diferentes contextos que para las que aparecían en un contexto repetido. Sin embargo, cuando las palabras se presentaban en el marco de nuevas frases (fase de evaluación), las palabras aprendidas con alta diversidad contextual mostraron menores tiempos de lectura que aquellas palabras enmarcadas en un contexto repetido (véase la Figura 3).
En definitiva, la diversidad de contextos es un elemento facilitador para la adquisición de nuevas palabras de manera incidental. Por tanto, el proceso de adquisición de nuevo vocabulario se puede optimizar mediante un currículo educativo transversal a través de diferentes asignaturas. Además, los estudios descritos en este trabajo abren las puertas a nuevas soluciones prácticas en el ámbito educativo, como, p.ej., en el aprendizaje de vocabulario de otras lenguas.
Referencias
Adelman, J. S., Brown, G. D. A. y Quesada, J. F. (2006). Contextual diversity, not word frequency, determines word naming and lexical decision times. Psychological Science, 17, 814–823.
Joseph, H. y Nation, K. (2018). Examining incidental word learning during reading in children: The role of context. Journal of Experimental Child Psychology, 166, 190-211.
Pagán, A. y Nation, K. (2019). Learning words via reading: Contextual diversity, spacing, and retrieval effects in adults. Cognitive Science, 43, e12705.
Perea, M., Soares, A. P., & Comesaña, M. (2013). Contextual diversity is a main determinant of word-identification times in young readers. Journal of Experimental Child Psychology, 116, 37-44.
Rosa, E., Tapia, J. L. y Perea, M. (2017). Contextual diversity facilitates learning new words in the classroom. PLoS ONE, 12(6), e0179004.
Vergara-Martínez, M., Comesaña, M. y Perea, M. (2017). The ERP signature of the contextual diversity effect in visual word recognition. Cognitive, Affective, and Behavioral Neuroscience, 17, 461-474.
Manuscrito recibido el 8 de octubre de 2019.
Aceptado el 26 de noviembre de 2019.