Carlos J. Álvarez
Universidad de La Laguna, España
El presente artículo está motivado por la celebración de los 100 años del nacimiento de la psicología comparada actual y de la primatología en nuestro país. En 1913 Alemania instala en Tenerife la primera estación primatológica del mundo. Unos meses más tarde, en 1914, Wolfgang Köhler comienza allí sus experimentos sobre la cognición de los chimpancés y la resolución de problemas. Dichos trabajos dieron lugar a la consolidación (y nacimiento, para muchos) de la Psicología de la Gestalt, siendo sus investigaciones clásicas en la historia de la disciplina. En este artículo se describe cómo fue posible tal evento.
El año pasado se cumplió el centenario de la fundación en nuestro país del primer centro del mundo para la investigación con primates no humanos en Tenerife. Y este año 2014 se cumplen cien años de la realización, por parte de Wolfgang Köhler (Figura 1), de los experimentos que dieron lugar al nacimiento de la primatología y de la psicología comparada actual, así como de la escuela de la Gestalt en psicología. La motivación de este artículo (y de una segunda parte próximamente) es celebrar y recordar dicha efemérides.
El final del siglo XIX y el principio del XX es un momento de apogeo científico, especialmente en Alemania. La fisiología era una de las disciplinas donde los descubrimientos se sucedían con éxito. A partir de ella, W. Wundt había fundado la psicología experimental en Leipzig y la nueva ciencia daba sus primeros pasos.
En 1910, Max Rothmann, fisiólogo de la Universidad de Berlín, solicita a la Academia Prusiana de las Ciencias la fundación de un laboratorio antropológico para el estudio de los simios. La influencia de la teoría de la evolución de Darwin, que sugería la continuidad entre las distintas especies, es decisiva. En 1912, la Academia de Ciencias da el visto bueno al proyecto y se opta por una isla canaria, Tenerife, debido a su proximidad a África (de donde se traerían los simios), su clima (propicio para los chimpancés) y por la comodidad para los científicos alemanes (Ash, 1998). Concretamente, se elige el Valle de la Orotava.
Ese mismo año llegan los primeros chimpancés a Tenerife desde Camerún, colonia alemana, y se instalan en los jardines del Hotel Martiánez provisionalmente. Es urgente nombrar un director. El Comité para tal fin lo conformaban, entre otros, el propio Max Rothmann, el prestigioso psicólogo Carl Stumpf (director de tesis de Köhler) y nada menos que el físico Max Planck, quien también fue profesor de Köhler y quien tuvo notables influencias en sus teorías (Ash, 1998; Gómez, 1989). De entre varios candidatos, se nombra como primer director de la Estación de Antropoides de Tenerife al fisiólogo Eugen Tuber, quien se dedica a estudios descriptivos sobre el estado físico de los chimpancés y algunas observaciones sobre su conducta. El centro se instala en el Puerto de la Cruz, en la finca denominada La Costa. El primer centro de investigación con primates del mundo en Tenerife es ya una realidad. Como curiosidad, Oskar Pfungst fue uno de los candidatos a director. Éste es famoso por el célebre caso del caballo “Clever Hans”, a quien investigó y demostró que realmente no hacía operaciones matemáticas ni tenía capacidades “mágicas”, sino que respondía a sutiles pistas de su dueño.
En 1913, Wolfgang Köhler es nombrado segundo director del centro de investigación. El joven psicólogo, con tan solo 26 años, se instala ese mismo año con su familia en Tenerife, en la Casa Amarilla, su domicilio y laboratorio, anexo al lugar donde estaban los chimpancés. Köhler había realizado su tesis doctoral en Alemania bajo la dirección de Stumpf. Luego fue contratado en la Universidad de Frankfurt, donde conoció a Max Wertheimer y a Kurt Koffka. Allí realizaron juntos los experimentos sobre percepción que dieron origen a una de las escuelas históricas de psicología más influyentes: la Psicología de la Gestalt. Los experimentos de percepción visual de Wertheimer habían demostrado que la percepción humana no puede ser explicada por la suma de los elementos sensoriales, sino que el cerebro construye y estructura, en parte, lo percibido. Esto suele resumirse en la famosa frase de la Gestalt: “el todo es diferente a la suma de las partes”.
Con esta orientación y con la influencia de la teoría de Darwin, Köhler se interesa por la resolución de problemas y comienza sus experimentos con chimpancés en Tenerife en 1914. Éstos se basaron en la obtención de comida en situaciones “difíciles”, donde los chimpancés deberían usar herramientas diferentes que tenían a su disposición (apilar cajas para alcanzar un plátano colgado del techo, usar un palo, etc.). Köhler contrata a Manuel González, natural de la Orotava, quien será el cuidador de los primates y su ayudante durante todo el tiempo que funcionó la estación. Como curiosidad, los vecinos le llamaban Manolo “el de los machangos” (término canario usado como sinónimo de muñeco). Desde 1914 hasta 1920 realiza múltiples experimentos en el terreno anexo a la Casa Amarilla, en el “patio de juegos” (Figura 2), registrando la forma en que los chimpancés resolvían los problemas planteados. La conclusión más importante fue quizás la siguiente: los chimpancés exhiben una conducta inteligente cualitativamente similar a la del ser humano, aunque cuantitativamente inferior.
A principios de los años 20 se publica el libro de Köhler con el resultado de su trabajo en Tenerife (Köhler, 1921). La versión en inglés, “The Mentality of Apes”, se considera una de las grandes obras de la psicología mundial, un libro clave en el auténtico arranque de la Psicología de la Gestalt, obra fundacional de la primatología y el nacimiento de los actuales enfoques cognitivos en psicología animal. Frente a psicólogos como Thorndike, quien les negaba “inteligencia” y defendía que los animales actuaban sólo por ensayo y error (como el Conductismo norteamericano y la Reflexología soviética de Pavlov), Köhler defiende que existe cognición e inteligencia en los simios, de naturaleza similar a las del ser humano. Establecía así la base de la psicología comparada actual que asume la existencia de cognición en animales. Köhler descubre que, como en los humanos, en los grandes simios existe el insight: la comprensión inmediata y directa de la estructura de una situación o problema y de su solución, sin que esta solución obedezca solamente a procesos de ensayo‐error o al puro aprendizaje.
Los trabajos realizados en Tenerife y el libro “The Mentality of Apes” han sido claves en la historia de la psicología y la primatología. Mientras que Pavlov se declaró “en guerra” con Köhler (Pavlov, 1955), su influencia fue enorme entre muchos psicólogos “históricos”, como Piaget o Vigotsky. Vigotsky escribió en 1930: “Las investigaciones de Köhler proporcionan por vez primera una fundamentación empírica del darwinismo en su aspecto más crítico, importante y difícil: el de la psicología” (Vigotsky, 1930).
Referencias
Ash, M.G. (1998). Gestalt psychology in German culture 1890-1967: Holism and the quest for objectivity. Cambridge: Cambridge University Press.
Gómez, J.C. (1989). Introducción a la edición española. En Köhler, W. (1989). Experimentos sobre la inteligencia de los chimpancés. Madrid: Debate.
Köhler, W. (1921). Intelligenzprüfungen an Menschenaffen. Berlín: Springer. [Traducción al español: Köhler, W. (1989). Experimentos sobre la inteligencia de los chimpancés. Madrid: Debate].
Pavlov, I.P. (1955). Selected works. Moscú: Foreign Publishing House. [Traducción al español: Actividad nerviosa superior. Obras escogidas. Barcelona: Fontanella. 1973]
Vigotsky, L.S. (1930). Prólogo a la edición rusa del libro de W. Köhler (1921), Intelligenzprüfungen an Menschenaffen. [Traducción al español: Obras Escogidas, 1979, T.1. Madrid: Visor, 1991.
Manuscrito recibido el 21 de abril de 2014.
Aceptado el 22 de mayo de 2014.