Mónica Tamariz
Dept. de Psicología Experimental, Universidad de Granada, España
Según estudios recientes, algunas propiedades estructurales fundamentales del lenguaje pueden ser debidas no a factores biológicos sino a la transmisión cultural: el hecho de que las lenguas se difunden de generación en generación mediante el aprendizaje social. Los procesos de transmisión cultural suponen un filtro que favorece ciertas estructuras más que otras. Para detectar estos sesgos, Kirby, Cornish y Smith (2008) idearon el método experimental del aprendizaje iterado, en el que la información que produce un participante se usa para entrenar al siguiente. Los resultados son sorprendentes.