Beatriz Blanca y Daniel Sanabria
Dept. de Psicología Experimental y Fisiología del Comportamiento, Universidad de Granada, España
Lejos de ser independientes, nuestros sentidos interactúan para dar lugar a la percepción coherente del mundo que nos rodea. Así, la interacción de la información proveniente de los sentidos parece ser la regla más que la excepción, y nos muestra que puede incluso alterarse la percepción del sabor al cambiar el color de la comida o la bebida.