Paulina del Carmen Martín-Sánchez, Rafael Román-Caballero y Juan Lupiáñez
Centro de Investigación Mente, Cerebro y Comportamiento, Universidad de Granada, España
La música es, para la gran mayoría de personas, fundamental en sus vidas. Nos aporta grandes beneficios, muchos de ellos relacionados con nuestra atención. Debido a su dimensión emocional, la música afecta al sistema de redes atencionales, ayudándonos a desenvolvernos en nuestro entorno e influyendo en nuestra manera de atender. Ante el natural deterioro de estas redes en edades avanzadas, la música percibida como alegre o triste podría ser una poderosa herramienta que no solo palie los posibles efectos negativos del envejecimiento no patológico, sino que mejore nuestra capacidad de realizar tareas cotidianas.