Víctor Fernández Castro
Dept. de Filosofía I, Universidad de Granada, España
Hasta hace una década, uno de los ejes centrales del debate sobre cognición social en ciencia cognitiva giraba en torno al mecanismo que implementaba nuestra capacidad para entender a los otros en términos de estados mentales como creencias o deseos (Teoría de la Mente). Sin embargo, en los últimos años han emergido algunas voces disidentes que ponen en duda la centralidad de esta capacidad. Entre estas voces se encuentra el enfoque regulativo que parte de la base de que nuestras habilidades sociales se basan en la capacidad de aprender normas y rutinas que regulan nuestra conducta social y nos permiten comprender la conducta de otros sin hacer referencia a estados mentales.