Mar Sánchez García (a), María Teresa Tormo Lancero (b), y Pedro M. Valero Mora (b)
(a) Dept. de Psicología Evolutiva y de la Educación, Universitat de València, España
(b) Instituto de Tráfico y Seguridad Vial, Universitat de València, España
Cuando los teléfonos móviles pasaron a formar una parte esencial de la vida cotidiana de mucha gente, las administraciones de tráfico de muchos países temieron que su uso dentro del automóvil podría producir un repunte de la accidentalidad. La respuesta tecnológica a este problema fue el desarrollo de teléfonos manos libres, los cuales ofrecían la promesa implícita de que permitían tener una conversación tal y como uno la tendría con un pasajero que viajara también en el vehículo. Sin embargo, la experiencia demostró que esto no era así. Investigaciones recientes han desvelado por qué.