¿Percibimos el pasado y el futuro de forma asimétrica?

Carmen Callizo-Romero y Julio Santiago
Centro de Investigación Mente, Cerebro y Comportamiento, Universidad de Granada, España

(cc) Carmen Callizo-Romero. Imagen creada mediante “VQGAN+CLIP neural networks” como respuesta a los conceptos “time asymmetry”, “past”, “future” y “Dalí style”.

(cc) Carmen Callizo-Romero. Imagen creada mediante “VQGAN+CLIP neural networks” como respuesta a los conceptos “time asymmetry”, “past”, “future” y “Dalí style”.

Nos esforzamos por recordar de dónde venimos y planificar nuestro porvenir. Ahora bien, ¿pensamos de forma asimétrica hacia el futuro en comparación con el pasado? En un estudio reciente descubrimos que valoramos más los eventos futuros que los pasados; nos sentimos más cercanos a cómo seremos en el futuro que a cómo fuimos en el pasado; y somos capaces de pensar a más largo plazo con respecto al futuro que al pasado. En definitiva, representamos el pasado y el futuro con una asimetría hacia el futuro, aunque ésta es muy pequeña y apenas varía entre culturas.

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Intenta recordar qué estabas haciendo el día que ocurrió hace exactamente un mes. Ahora imagina qué crees que estarás haciendo el día que ocurrirá exactamente dentro de un mes. ¿Sientes el segundo día más próximo que el primero? En ese caso estás pensando con asimetría hacia el futuro, pues la distancia temporal que percibes hacia el futuro es menor que la percibida hacia el pasado. En otras palabras: sientes el futuro más cerca de ti que el pasado. Si te sucede lo contrario estás pensando con asimetría hacia el pasado.

La asimetría temporal no solo puede manifestarse a través de la distancia temporal percibida sino también en, al menos, otros tres aspectos relativos a cómo pensamos sobre el pasado y el futuro. Primero, en la valoración subjetiva que hacemos de los eventos. Un modo de estudiarlo es utilizar eventos que tienen una evaluación cuantitativa económica clara como que te den dinero. Por ejemplo: ¿prefieres que te den 5€ hoy o 25€ dentro de un mes? Este tipo de disyuntivas miden el descuento temporal, que se refiere a cómo varía el valor de un evento en función del tiempo que pasa hasta ese evento o del tiempo que ha pasado desde ese evento: ¿prefieres que te hubieran dado 5€ hoy o que te hubieran dado 25€ hace un mes? Si prefieres la cantidad económica futura mayor, pero más lejana en el tiempo, pero no optas por esa misma cantidad cuando se trata de un evento del pasado, nos encontramos ante una asimetría hacia el futuro en la evaluación económica del tiempo.

En segundo lugar, también se puede detectar asimetría temporal en el parecido que percibimos entre nosotros mismos y la persona que seremos en el futuro o que fuimos en el pasado. En psicología esta impresión se denomina la continuidad del yo. Así, pensarías con asimetría futura si sientes que la persona que serás dentro diez años es más parecida a la que eres ahora que la persona que eras hace diez años.

Por último, puede haber asimetría temporal en lo que se conoce como profundidad temporal. Por ejemplo, si cuando piensas en un futuro a largo plazo imaginas un periodo de tiempo mayor (p.ej., piensas en 10 años) que cuando piensas en un pasado a largo plazo (p.ej., consideras solo cinco años), tienes mayor profundidad temporal hacia el futuro que hacia el pasado (y viceversa).

Entonces, ¿pensamos de forma asimétrica hacia el futuro y el pasado? Caruso y colaboradores (2013) sugirieron que sí y propusieron que esto se debe a que caminamos hacia delante. Cuando caminamos, las cosas que están delante de nosotros son las que encontraremos en el futuro, mientras que vamos dejando atrás las cosas que ya hemos vivido, las pasadas. Así, al caminar podríamos creer que nos aproximamos cada vez más al futuro y dejamos más atrás el pasado. Ello puede hacernos sentir que nuestra distancia con respecto el futuro se comprime, mientras que la distancia con respecto al pasado se amplía. En definitiva, este proceso nos podría hacer sentir el futuro como si estuviera más cercano a nosotros que el pasado y, a su vez, podría producir otras asimetrías futuras con respecto a la evaluación económica, la continuidad del yo y la profundidad temporal.

Sin embargo, no todos los estudios indican que existe una asimetría futura. Por ejemplo, Guo y colaboradores (2012) sugirieron que en las culturas que dan más importancia al pasado, como las asiáticas, la asimetría puede ser hacia el pasado (percibiendo el pasado como psicológicamente más cercano o valioso que el futuro). Por otro lado, otros estudios como los de Yi y colaboradores (2006) encontraron que percibimos el pasado de forma simétrica al futuro. Por tanto, como vemos, entre los estudios previos no hay acuerdo sobre si percibimos el pasado y el futuro de forma simétrica o asimétrica y, en el segundo caso, hacia cuál de los dos polos temporales se dirige tal asimetría.

En un estudio reciente (Callizo-Romero y col., 2022) intentamos aclarar esta cuestión. Para ello estudiamos si existe simetría o asimetría temporal en tareas que miden la distancia, el descuento y la profundidad temporales, así como la continuidad del yo. Además, investigamos si la posible asimetría temporal depende de la importancia que cada cultura le da a los valores culturales relacionados con el pasado (la tradición) frente a los relacionados con el futuro (el progreso), medida mediante un cuestionario de foco temporal. En nuestro estudio participaron 1075 personas de culturas que varían en su foco temporal (de mayor foco futuro a mayor foco pasado): española, china, turca, americana, marroquí, bosniaca, croata y serbia.

Los resultados mostraron la existencia de asimetría futura en todas las tareas excepto en la distancia temporal (donde hubo simetría). Sin embargo, esta asimetría fue, en general, pequeña, sólo aparecía claramente cuando se pensaba en periodos temporales largos (véase Figura 1) y apenas se vio afectada por la importancia dada al pasado y al futuro en cada cultura.

Figura 1. Asimetría temporal en la continuidad del yo descuento, distancia y profundidad temporal. Esta gráfica representa el tamaño de la asimetría temporal en una escala que va del valor -1 al 1 para cada una de las tareas utilizadas, tomando todas las culturas de forma conjunta. Los tamaños del efecto positivos (las barras hacia arriba) indican asimetrías hacia el futuro. Si hubiera tamaños del efecto negativos (barras hacia abajo), estos indicarían asimetría hacia el pasado. Solo podemos confiar estadísticamente en la existencia de las asimetrías futuras cuando la línea de color negro (el intervalo de confianza del tamaño del efecto) que hay en cada barra excluye el valor cero. Como se muestra, el tamaño de las asimetrías hacia el futuro fue mayor a medida que crece el periodo de tiempo sobre el que los participantes tenían que pensar en cada tarea: la mayor asimetría futura se muestra en la continuidad del yo, donde los participantes tenían que pensar en periodos temporales de 10 años; la segunda en el descuento temporal, donde se consideraron periodos temporales de hasta dos meses y medio; y la tercera en la profundidad temporal a largo plazo, pero no a medio ni a corto plazo. Por el contrario, en la tarea de distancia temporal, donde solo se pedía pensar en periodos de un mes, no encontramos asimetría, sino simetría temporal.

Figura 1. Asimetría temporal en la continuidad del yo descuento, distancia y profundidad temporal. Esta gráfica representa el tamaño de la asimetría temporal en una escala que va del valor -1 al 1 para cada una de las tareas utilizadas, tomando todas las culturas de forma conjunta. Los tamaños del efecto positivos (las barras hacia arriba) indican asimetrías hacia el futuro. Si hubiera tamaños del efecto negativos (barras hacia abajo), estos indicarían asimetría hacia el pasado. Solo podemos confiar estadísticamente en la existencia de las asimetrías futuras cuando la línea de color negro (el intervalo de confianza del tamaño del efecto) que hay en cada barra excluye el valor cero. Como se muestra, el tamaño de las asimetrías hacia el futuro fue mayor a medida que crece el periodo de tiempo sobre el que los participantes tenían que pensar en cada tarea: la mayor asimetría futura se muestra en la continuidad del yo, donde los participantes tenían que pensar en periodos temporales de 10 años; la segunda en el descuento temporal, donde se consideraron periodos temporales de hasta dos meses y medio; y la tercera en la profundidad temporal a largo plazo, pero no a medio ni a corto plazo. Por el contrario, en la tarea de distancia temporal, donde solo se pedía pensar en periodos de un mes, no encontramos asimetría, sino simetría temporal.

En definitiva, en contraste con algunas propuestas previas, nuestros datos sugieren que estamos ligeramente inclinados hacia el futuro, proyectando hacia dónde vamos, pero siendo, al mismo tiempo, muy conscientes de dónde venimos.

Referencias

Callizo-Romero, C., Tutnjević, S., Pandza, M., Ouellet, M., Kranjec, A., Ilić, S., Gu, Y., Göksun, T., Chahboun, S., Casasanto, D., & Santiago, J. (2022). Does time extend asymmetrically into the past and the future? A multitask crosscultural study. Language and Cognition, 14, 275-302.

Caruso, E. M., Van Boven, L., Chin, M., & Ward, A. (2013). The Temporal Doppler Effect. Psychological Science, 24, 530–536.

Guo, T., Ji, L.-J., Spina, R., & Zhang, Z. (2012). Culture, temporal focus, and values of the past and the future. Personality and Social Psychology Bulletin, 38, 1030–1040.

Yi, R., Gatchalian, K. M., & Bickel, W. K. (2006). Discounting of past outcomes. Experimental and Clinical Psychopharmacology, 14, 311–317.

Manuscrito recibido el 2 de septiembre de 2022.
Aceptado el 14 de diciembre de 2022.

Ésta es la versión en español de
Callizo-Romero, C. (2023). Do we perceive the past and the future asymmetrically?
Ciencia Cognitiva, 17:1, 5-7.

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